Sinopsis
David tiene veinte años y su pueblo se le ha quedado pequeño. Marçal, su mejor amigo, le acerca hasta la estación de tren porque sus padres se han olvidado de él. Al llegar a Barcelona, David observa la ciudad con ilusión. Camina hasta el barrio de Gràcia impaciente por empezar su nueva vida.
Gràcia tiene sesenta años y esperaba acoger a una chica a cambio de compañía y atención. A parte de ser un chico, David es feúcho y parece más bien tonto. Gràcia no lo ve claro, pero cambia de opinión cuando el chico le asegura que sabe jugar a la brisca. Esa misma noche, tras dejarle claras las normas de la casa (“ni chicas, ni drogas”), Gràcia le enseña a jugar como dios manda. Cuando le tira el Tarot se sorprende mucho. Las cartas le dicen, claramente, que el chico va a tener una racha muy buena.
David inicia los estudios de Bellas Artes, pero no conoce a nadie y se siente un extraterrestre. Sólo el trasero de Noa, una compañera de clase, le arranca una sonrisa. David enseguida se hace amigo de Pere, el dueño del bar que hay debajo del piso de Gràcia. También compra varios trastos para pintar y los mete a escondidas en casa de Gràcia. Sólo Pinocho, el periquito de Gràcia, pone en peligro la misión.
Pero el olfato de Gràcia es muy fino y lo pilla pintando. David reacciona con carácter y le deja claro que en su habitación puede hacer lo que quiera. Esa noche, harto de aguantar a Gràcia, sale a dar una vuelta. Se conecta a Internet para hablar con su hermano, que vive en Manhattan. Como está durmiendo, le envía una pequeña videoconferencia.
David se aburre en clase y se encara con un profesor. Su actitud rebelde y contestataria llama la atención de Noa. Por la tarde, después de múltiples discusiones, David acompaña a Gràcia a la peluquería y ella lo ridiculiza delante de todo el mundo. David ya no puede aguantar más y se va a pasar el fin de semana a su pueblo. Confiesa a su hermano, mediante otra videoconferencia, que va a pedir ayuda a los padres para cambiar de piso.
Cuando llega a casa, David no puede creer lo que ve. Su madre se ha fugado con un camionero y le ha dejado una carta. Le dice que se ha ido a ver mundo y que no sabe cuándo va a volver. Su padre, hundido en el sofá, sólo sabe reaccionar destrozando la casa. David vuelve a Barcelona con el rabo entre las piernas. Para hacerle más ligera la vuelta, Marçal le regala una bolsa de marihuana cultivada por él mismo.
Antes de subir al piso de Gràcia, David coge fuerzas tomándose unas cervezas en el bar de Pere. Cuando sale a la calle, un cubo de agua le cae en la cabeza. No cabe duda sobre la autoría de la agresión. Gràcia ha querido reivindicar, una vez más y a su manera, el derecho a dormir de los vecinos. David, totalmente fuera de si, planta a Gràcia y se va del piso. Pasa la noche por las calles, perdido. Toma conciencia de que no tiene ningún sitio adonde ir.
Al día siguiente, David pide perdón a Gràcia y ella le deja bien claro que no aceptará ni una provocación más. Afortunadamente, no todo son problemas para David. Pere le deja colgar sus cuadros en el bar. Si consigue vender alguno, por fin tendrá algún ingreso. En clase Noa tiene un mal día y se queda hablando con David en el bar. Toman un café y se caen muy bien. Van al Macba y deciden salir algún día con los amigos de ella.
David es un hombre nuevo. Aprende a cocinar y su relación con Gràcia mejora rápidamente. Se cuentan sus cosas y siguen jugando a cartas cada noche, muchas veces con Enriqueta, la vecina de Gràcia. David sigue perdiendo todas las partidas. Cuando Noa llama a David para salir, surge un nuevo problema. David no quiere hacer cabrear a Gràcia y decide escaparse a media noche a escondidas. Pinocho se pone a chillar y despierta a Gràcia. David querría morirse. Prepara una estrategia. Pide a Marçal anestesia para caballos.
Al día siguiente, David pone en marcha su diabólico plan. Anestesia al periquito y se escapa. Sale con Noa y sus amigos y, sorprendentemente, se liga a la chica. La quiere llevar a su habitación, pero se encuentra con el periquito despierto. La misión corre peligro. David le da más anestesia hasta que el animal queda profundamente dormido.
Por la mañana, las cosas se tuercen de golpe. Noa le dice a David que no quiere salir con él. Paralelamente, Gràcia descubre que Pinocho está muerto, tiene un disgusto muy grande y se encuentra mal. David está triste y abatido. Se refugia en el bar de Pere que, para animarlo, le lanza una propuesta de trabajo. Cuando llega Enriqueta, todo son prisas. Gràcia ha tenido un principio de infarto y está en el hospital.
Gràcia está estable pero muy débil. Le cuenta a David que Pinocho ha muerto. David se siente muy culpable por haber asesinado a un animal indefenso y por haber puesto en peligro la vida de Gràcia. Por suerte, encuentra a su hermano en internet. Ver su cara es como un bálsamo para él. Desafortunadamente, la conexión no funciona bien y no pueden hablar.
Gràcia vuelve a casa. Ha decidido que se va a vivir a una residencia. David se desespera. Se encara a ella y la fuerza a reaccionar. Nunca es tarde para vivir y van a empezar saliendo de fiesta para encontrar la inspiración. David lleva a Gràcia de tiendas, cambia su imagen y se la lleva a cenar con Marçal, que no puede creerse que su amigo le haya hecho venir del pueblo para salir con una vieja. Gràcia se anima y coge una buena trompa. Incluso se atreve con la marihuana de Marçal. Los chicos no se lo pueden creer.
Tras una noche de fiesta y diversión, Gràcia, David y Marçal acaban en el bar de Pere. Gràcia y Pere son enemigos acérrimos y se enfrentan sin piedad. Pere ha recibido una multa por las denuncias de Gràcia. La situación se descontrola, David intenta poner paz pero Gràcia se va enfadada y avergonzada para casa. Está convencida de que es una vieja y de que no tiene edad para cambiar. David exige que le escuche atentamente.
Al cabo de unos días, David envía una nueva videoconferencia a su hermano. Le explica el éxito rotundo de su estrategia. Ha convertido a Gràcia en la pitonisa más fashion de Gràcia. Aprovechando su vena teatral, tira las cartas disfrazada en el bar de Pere, que está encantado de tener el local lleno a todas horas. Gracias a David todos se llevan bien y los beneficios del negocio son abundantes.
FICHA ARTÍSTICA
GRÀCIA
ROSA MARIA SARDÀ
DAVID
PERE
SANTI MILLAN
ENRIQUETA
AMPARO MORENO
NOA
DIANA GÓMEZ
SERGI
ÀLEX MARUNY
MARÇAL
RICARD FARRÉ
PADRE
LLUIS X. VILLANUEVA
PAQUITA
NÚRIA FELIU
FICHA TÉCNICA
ELS FILMS DE LA RAMBLA, S.A.
con la colaboración de
TELEVISIÓN ESPAÑOLA, S.A.
y
TELEVISIÓ DE CATALUNYA, S.A.
Guión de
CARME MORELL, JAUME CUSPINERA y VENTURA PONS
Dirección y Producción
VENTURA PONS
Jefe de Producción : MAITE FONTANET
Música : MAZONI, SANJOSEX, EL PETIT DE CAL ERIL, ÈRIC VINAIXA, ILLA CAROLINA, GATO PÉREZ,...
Fotografía : SERGI GALLARDO
Montaje : MARC MATONS
Art Director : BEL·LO TORRAS
Sonido Directo : NATXO ORTÚZAR
Rodaje: HD con transfer a 35 mm.
Laboratorio: IMAGE
Versión original con sonido directo en catalán.
Versión doblada al castellano.
© ELS FILMS DE LA RAMBLA, S.A.
     
NOTAS DEL DIRECTOR
Año a año, día a dia.
Hace un tiempo me encontré con un vecino de escalera. Un ex diputado de izquierdas, algo casposo, siempre pegado a una de esas pipas largas que apestan y que te acercan todavía más el tabaco a tu cara, muy especialmente si estás en el ascensor y no ha tenido la delicadeza de apagarla. Está medio jubilado y ronda mucho por el Empordà. Me contó que había conocido en Sant Feliu de Guixols a alguien, al parecer un antiguo compañero mío de internado, cuyo nombre no me resultó familiar. A la semana volví a coincidir con el personaje y su incívica pipa y me insistió: mi antiguo colega tenía una foto del colegio donde aparecíamos juntos. No le hice caso.
Al cabo de unas semanas, a eso de las ocho menos cuarto de la tarde, salgo corriendo de mi casa para ir a Laie, mi librería de cabecera. Al día siguiente a las siete de la madrugada volaba al festival de Toronto y necesitaba lectura para el viaje, pesado, de muchas horas. Juro que sin libros no puedo volar. Justo al salir a la calle se me acerca y se presenta el anunciado hombre de Sant Feliu y me pone una foto de niños en uniforme ante mis ojos, sin saber que de cerca no pillo nada sin gafas. Me excuso, contándole mis prisas. Me suelta que dispone de tiempo y decide acompañarme las cinco manzanas que nos separan de los preciados libros. Me cuenta que se espera para recoger a su hijo media hora más tarde. ¿Ah, tienes un hijo? le pregunto, por decir algo. Dos, este es el mayor. ¿Y a qué se dedica? Anda en segundo de carrera, no sé cual dice, y ahora mismo deberá estar terminando de jugar a las cartas. ¿A las cartas? Sí, el curso pasado compartió piso, en uno de esos programas de ayuda a la gente mayor, con una señora que le flipaban las cartas. La vieja tenía muy mal carácter, mi hijo también tiene el suyo, pero ella supo meterle el virus de los naipes en la sangre. En ese momento llegamos a mi destino, me despido cordialmente y no lo he vuelto a ver jamás, de verdad. Sin darse cuenta había sembrado en mi cabeza la semilla para una película. Para una comedia.
Muchas veces he escrito sobre mi viejo placer por la comedia. Y temo que voy a repetirme, pero es lo que pienso. La comedia es el gran desafío, el género que, vayas donde vayas, tiene más público que el drama, pero sin su reconocimiento social. En cualquier pais, y más en el nuestro, hacer reír se considera un arte menor y, en cambio, a las lágrimas se les dá un marchamo de calidad, qué le vamos a hacer. A pesar de mi antigua afición por formas narrativas libres y nada convencionales, siempre me han gustado los géneros y no me importa transitar de uno a otro, de un drama a una comedia o de la ficción a un documental mientras me apasione lo que explico y que sienta que existe mi mirada en la narración. Hace tiempo descubrí que en las comedias, al margen de su dificultad conceptual, donde la historia debe construirse como una bomba de relojería, también debe de haber mucha pasión. A la vez, la propia naturaleza del género las convierten en tremendas armas de precisión en manos de los directores… cuando se tiene de verdad algo que contar. El humor en sus diversas formas permite sólidos niveles de provocación dificilmente imaginables en el drama. Una buena constatación a tener en cuenta en cuanto te propones un tema. ¿Drama o comedia?
Vayamos pues por la cosecha que fue madurando después del inesperado encuentro con mi antiguo compañero. Una vieja fuerte y tremenda, a la greña con un joven inconformista, respondón, que no se corta por nada, ambos obligados a compartir la vivienda. Ni uno ni otro se dejan amedrentar, a pesar de que ella detenta el poder y el joven sólo las ilusiones. La vieja ya ha renunciado a sus sueños y el joven los está descubriendo. Una perpétua pelea sin tregua, aunque ambos se necesiten. La percibo como una situación fantástica, muy divertida, donde fabular, en clave de comedia, sobre las relaciones humanas. Esta pareja será la base para una historia urbana, trepidante, fresca, divertida, abierta. Y que además, por la diferencia de edades de los protagonistas, me cubre un amplio abanico de público. Con la colaboración, primero de Carme Morell y después de Jaume Cuspinera, empezamos a armar el guión. Volver a la comedia, qué placer, ¡uf!
El objetivo de David, el chico protagonista, es triumfar en el mundo artístico y demostrar a sus padres que existe una vida lejos del pueblo y de la tradición familiar, la anodina fábrica de chimeneas de su padre. Gràcia, la vieja cascarriabas con la que no tiene más remedio que convivir, se convertirá en el gran obstáculo de David para conseguir su meta: le incordia constantemente, le hace limpiar a todas horas, no le deja pintar, no le deja respirar, le pone día tras día de mal humor, le obliga a acompañarla a sitios imposibles... David no puede más hasta que al final, después de mil y una trifulcas, descubrirá que está muy bien tener sueños rebeldes en contra de todo y de todos pero que hacerse mayor implica también ser pragmático. Ayudar y dejarse ayudar por los otros. Madurar, en definitiva. Un descubriento compartido con Gràcia. Reforzando el objetivo de David, todos los enfrentamientos con Gràcia tomarán más sentido y transcendencia. El clímax final será más completo: David ha crecido y descubierto que la vida es mejor si la compartes. La vieja admite finalmente que las cosas cambian, el chico la acusa de explotadora. Ella le dá la razón y añade: “Sí, ya lo sé, y una hija de puta… Pero hoy vamos a hacer un paréntesis”.
Hemos intentado hacer sólido el sentido, el mensaje, que creo tendrá la película: a pesar de los pesares la vida es mejor si nos ayudamos los unos a los otros. Pero hay muchos otros temas que laten por debajo de este: la imposibilidad de comunicarnos en nuestra sociedad; la disolución del núcleo familiar tradicional, algo que casi siempre está en mis películas; la necesidad que la vida sea caos, movimiento; la precariedad laboral y social de la gente joven... y la gran y difícil aventura que puede ser una amistad intergeneracional. Como me escribió en un mail Cuspinera: ¡No sé, por temas no será! Y es que, respetando al máximo el objetivo, hemos buscado entender los personajes, entender su entorno, lo que nos ha permitido enriquecer la historia, intentando un encaje de bolillos con los subtemas que iban apareciendo a medida que crecía el guión. Otra cosa que también dice Cuspinera: en tiempos de crisis hagamos una llamada a la amistad y a una forma de entender el mundo, a avanzar despacio, disfrutando de la gente y del paisaje.
Después de haber paseado en mis anteriores trabajos mi interés narrativo alrededor de temas más trascendentes, más dramáticos, nuevamente he sentido la llamada de la comedia. Será porqué en las vivencias del hijo de mi antiguo compañero de internado encontré una buena historia. Una buena historia, sí, la madre de todas las películas, que me permitía un reparto de aquellos en los que podía creer ciegamente. Y también porque me sentí fascinado por las posibilidades de hacer una simbiosis con el tipo de humor basado en esos seres, tan frágiles en el fondo, en la lucha cotidiana con el trasfondo de un barrio tan singular como es Gracia. Gràcia es el paisaje de mi infancia y adolescencia y, aúnque ya no es lo que era, todavía conserva una personalidad mágica, atractiva, única. Es la suma y el placer de todo ello, añadir al rigor del concepto de la puesta en escena y de la interpretación, la emoción y la ternura de unos seres que, una vez más en mis películas, van a la busca de un poco de realización y de comunicación entre la vorágine de los tiempos que nos ha tocado vivir.
Intensamente. Año a año, día a dia.
Ventura Pons
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