24/2/14

Harold Ramis resume como pocos la esencia de la comedia de la mejor comedia estadounidense. De su talento como guionista nacieronDesmadre a la americana, Cazafantasmas, Una terapia peligrosa, Atrapado en el tiempo (considerada por muchos la mejor comedia de la historia), El pelotón chiflado... Bien como actor, bien como director, bien como actor, Ramis supo dar a todo lo suyo una unidad y autenticidad que sus seguidores siempre hemos agradecido. Como muestra de esa fidelidad, el cómico ha fallecido hoy 24 de febrero -rodeado de su familia- en su ciudad natal, Chicago, que abandonó durante unos siguiendo los cantos de sirena de Hollywood, y a la que volvió en 1996. Su muerte ha sido provocada por las complicaciones derivadas de una vasculitis -inflamación de los vasos sanguíneos- que sufría desde mayo de 2010, y que, por ejemplo, le obligó en 2011 a aprender de nuevo a caminar.

Si alguien que hoy debe de estar inmensamente triste es su amigo y compañero de andanzas Bill Murray. El salto a la fama del segundo no se entiende sin el talento para la escritura de chistes del primero. Ramis, nacido en Chicago, ya destacaba por su facilidad para la comedia en la Universidad, aunque su primer trabajo fue en un sanatorio mental "lo que me preparó para mi trabajo posterior en Hollywood con actores".

En realidad, su primera labor relacionada con el humor fue -aunque en aquel momento fuera una cosa seria- su labor para evitar el reclutamiento para la Guerra de Vietnam: ingirió tal cantidad de metanfetaminas que le declararon incapacitado psíquico. Tras colaborar con diversos periódicos y medios televisivos, Ramis se sumó en 1969 a Second City, un grupo de teatro cómico improvisado, que empezó su labor en 1959, y con el tiempo se convirtió en una de las compañías más famosas de Estados Unidos y en caldo de cultivo para intérpretes para el programa de televisión Saturday Night Live.

Ramis abandonó la compañía para trabajar como editor de chistes en la revista Playboy y volvió poco después, cuando ya había entrado por allí como un ciclón John Belushi. Él fue quien se llevó a Ramis y a otro joven cómico, Bill Murray, para que trabajaran juntos en un radio en Nueva York, en el programa National Lampoon, germen de lo que una década después, en 1978, sería la película Desmadre a la americana. Era amante de una comedia subversiva: en realidad no la entendía de otra manera: "Es complicado para los ganadores hacer comedia. Comedia es, de por sí, subversiva, y sus autores representamos a los desvalidos". Era capaz en un mismo guion de sumar inteligencia y locura, sutilidad y brocha gorda. Y como actor entendía que solo estaba al servicio de su mejor faceta: el escritor. "Yo le entrevisté en la radio de mi instituto cuando tenía 15 años y desde ese momento supe que Harold era como yo quería ser de mayor", recuerda hoy Judd Apatow en The Chicago Tribune. Como homenaje, décadas después le contrataría para encarnar al padre de Seth Rogen en Lío embarazoso.

Tras el éxito de Desmadre a la americana, llegaron del tirón Los incorregibles albóndigas -la primera de sus seis películas con Bill Murray-, El club de los chalados -su debut como director-, El pelotón chiflado y, en 1984, Los cazafantasmas, que no solo coescribió con Dan Aykroyd -de director otro grande del género, Ivan Reitman- sino que también coprotagonizó dando vida al científico del grupo, el doctor Egon Spengler.

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